jueves, 22 de agosto de 2013

El poder político de la deuda

La historia reconoce las primeras experiencias de deuda desde la época esclava, como medio para retener a la fuerza al esclavo; durante la colonia los terratenientes endeudaban por alimento, abarrotes y licor a los trabajadores agrícolas en las fincas de café; los que finalmente, nunca eran capaces de pagarla en virtud de que el salario estaba por debajo de su capacidad de pago y por la precariedad de vida con lo que se los caficultores se garantizaban trabajo gratuito.
El aumento de la extracción de las riquezas de las colonias y el comercio mundial,  favorecieron instituciones y operaciones financieras. Aparece la banca como producto de los excedentes creados a partir del comercio, con lo cual y como sucede hasta ahora, el banquero usa dinero ajeno para endeudar a otros por una tasa de interés que supone el riesgo del banquero y más alta que el rédito pagado por los ahorros al ciudadano común y corriente. Con la industrialización se extienden numerosas fabricas por toda Europa, para lo cual las acciones juegan un papel importante las acciones. En otras palabras, los propietarios de dichas fabricas utilizan capital ajeno que paga una tasa de ganancia al nuevo accionista, siempre y cuando este dispuesto al riesgo que supone dicha aventura.
En la medida que la fabrica sea exitosa y solida así será la confianza que tenga el accionista de invertir en ella. Pero, ¿que ocurre cuando es el Estado que necesita crear la infraestructura para garantizar el crecimiento de las corporaciones y el bienestar de sus habitantes?
El Estado se provee de dos fuentes, por un lado los tributos y por el otro lado el endeudamiento externo e interno. Para adquirir deuda externa, existen bancos y fondos mundiales que le proveen el capital por cierto interés, con el compromiso de ajustar la economía en caso caiga en incapacidad de pago lo que regularmente se traduce en el corte de proyectos y programas sociales, como empleo, vivienda, salud, seguridad, alimentación y subvenciones. Por el otro lado, el endeudamiento interno, mediante la emisión de bonos, que puesto en el mercado de valores le pueden reditar al comprador una tasa de ganancia y la seguridad de su capital. No obstante todo tiene un límite, el Estado como el prestamista común y corriente, solo adquirirá un monto capaz de pagar de acuerdo a sus ingresos. Si el Estado no recauda lo necesario  no podrá honrar la deuda y por ende deberá recurrir a cortes drásticos en materia social y diversificar  impuestos incluso mas altos.

Los escenarios futuribles por tanto, es que, el Estado pueda quebrar tal y como ocurrió en Detroit y próximamente New York, en virtud de la fuga de tributantes, capitales, corporaciones y fuerza de trabajo y causar condiciones para el aumento de la extrema pobreza, deterioro de la calidad de vida, delincuencia e inseguridad. Por ahora la deuda total del Estado (externa e interna) es de Q 108 millardos la cual supera dos veces el monto previsto de recaudación para el presente año. El poder político incluidos los empresarios a la hora de pedir cuentas, lo hará con la ciudadanía guatemalteca.

Dos caras de un mismo Estado

En menos de una semana ocurrieron dos acontecimientos importantes para la vida política del país: por un lado la anulación de la sentencia del caso Ríos Mont y por el otro, la extradición del ex presidente Portillo por lavado de dinero en bancos norteamericanos.
En el primer caso, el juicio estuvo salpicado de escándalos y acusaciones encaminadas a descalificar el proceso como tal con el propósito de cubrir con una cortina de humo las   razones de fondo un suceso histórico.
Llámese genocidio, crímenes de lesa humanidad, con retroactividad o no, acaso la dimensión del hecho no es capaz de conmover los sentimientos humanos y reflexionar sobre la necesidad de trascender a una sociedad más humana
El contexto del primer caso, acontece como parte de un plan regional de seguridad, para detener lo que parecía una caída en dominó o por contagio inminente de las dictaduras y gobiernos oligárquicos en América Latina, lo que, dialécticamente era imposible. En aquel momento se redacto el consenso de Washington, para resolver un problema inducido por el exceso de la corrupción y la acumulación de riqueza de nuevos protagonistas de la política nacional que lapidaron los recursos del Estado. El resultado de dicha imposición transformó al país en  un modelo de sociedad más excluyente, egoísta y traumático.
Irónicamente países en bonanza como el nuestro, fueron encantados por sirenas provocadas por los extra petrodólares provenientes de los países productores de oro negro. Préstamos blandos que, fundamentalmente no eran necesarios y que fueron despilfarrados y corrompidos por los funcionarios y tecnócratas de turno. Nuestra incapacidad para honrar dicha deuda externa condujo a que los propios prestamistas nos obligaran a imponer la receta de un mal generado por ellos.
Así que, Norteamérica confrontaba dos brazas peligrosas, por un lado la crisis que podría explosionar en un problema mayor a su propia causa y por el otro, el conflicto armado interno que debía ser resuelto por el lado de las masacres, el terror, el desarraigo, la persecución y movilización de grandes grupos étnicos especialmente en el Occidente y Norte del país. Los informes en este sentido demuestran que la mayor parte de las víctimas no era combatientes de uno ni de otro bando y que, en apenas dos años el número de víctimas del conflicto fue mayor al de todas las dictaduras antecesoras. Entonces, qué pena recaerá sobre el responsable? Si el máximo organismo constitucionalista, resuelve y anula sentencias que como tal no corresponden a sus atribuciones.
La deuda jugó entonces un rol geoestratégico para arrodillar al país en actos contrarios a las calidades humanas, tales como el desempleo, desnutrición y exclusión. Como resultados de tal error, hoy la violencia organizada da cuenta de un número de víctimas superior al del conflicto armado interno.
En el caso siguiente, sin embargo la extradición anunciada de antemano tuvo lugar sin la mayor diligencia posible, de manera efectiva y ágil. Sabían lo que hacían y de allí la rapidez con la que se hizo. Porqué no nos garantizan el mismo trato por deferencia, para extraditar de Norteamérica a tanto ladrón y terrorista asilado?
Durante el gobierno de Portillo se cometieron algunos aciertos, muchas disposiciones fueron contrarias a los intereses de los grupos tradicionales de poder que aun se recuerdan, pero que ya no se conservan. Si usted compra caro en la única tienda de su vecindario, ahorrará mas si compra en el mercado, es una ley natural de mercado: toda oferta crea su propia demanda y toda demanda crea su propia oferta, determinado por el precio y la necesidad de la gente. Entonces porque una práctica de libre mercado se convierte de pronto, para los oferentes tradicionales del país, en un arma ofensiva a los intereses del propio mercado?
Su gran error fue no haber contraatacado la campaña mediática de desprestigio y aclarado en tiempo tales acusaciones, si es que contaba con las evidencias. No repensó antes, las consecuencias y se convirtió en un simple gobierno populista que causó cierto impacto mediante un discurso maquillado al gusto del auditorio, como tampoco dimensionó la magnitud de las medidas que estaba tomando, porque más pareció un estira y encoje político entre gobierno y grupos de poder, que una medida sensata para debilitar al contrario.

Como se explica que dos individuos que  militaron en el pasado en el mismo partido político y gobierno tuvieran dos desenlaces distintos. El primero que exacerbó al poder político y empresarial a su favor y el segundo, en su contra.