martes, 28 de abril de 2015

Dicho sea de paso, el paso no se va a dar



Esta marcha como las anteriores, no exige la solución de fondo, es decir, el reemplazo de un modelo de nación caduco y una seudo democracia debilitada y fallida, que tan solo propone la alternabilidad.
Y así podemos llegar de marcha en marcha, al final de este periodo de gobierno, y reemplazarlo por el otro al que le toque.
Según las estimaciones, acudieron 20,000 manifestantes lo cual es menos del 1% del total de la población capitalina.
Pero, ¿cómo se explican estas reacciones populares frente a problemas como éste?
No existe una sola respuesta que determine esta actitud popular, sino varias:
En 1993 el autogolpe liderado por Serrano Elias, fue truncado gracias a la inteligente y ágil organización de la elite en un grupo antagónico (cúpula empresarial, academia, iglesias, políticos) que coyunturalmente se unió alrededor de una causa: el regreso a la seudo democracia.
En 1996, se firma un convenio de silenciamiento de las armas entre dos grupos. La experiencia demuestra que no hubo tales acuerdos de paz, en virtud de que, los problemas de fondo no fueron solucionados. Esto constituyo un impacto significativo para los grupos más vulnerables, que muy pronto se desilusionaron de dicha firma, que provocó un continuo deterioro de la calidad de vida. A dicha firma le antecedió y prosiguió el desencanto provocado por una etapa seudo democrática, caracterizada por falsas promesas.
De la crisis política causada por el caso Rossenberg en 2009, emergió otro grupo de presión, “los de camisa blanca”, en el que nuevamente élites políticas y empresariales de la derecha y ultraderecha, convergieron para asestar un duro golpe que arriesgaba la joven y débil seudo democracia.
La última manifestación “espontanea” por el destape de corrupción en la SAT, fue más dispersa, pero sin un impacto significativo, que se limitó a la renuncia de Baldetti, y una vez más, no a una protesta de fondo: el reemplazo de un modelo de nación y de una seudo democracia caduca, que se limita a alternar la silla presidencial de candidatos carentes de un plan de gobierno moderno, integral, de largo alcance e incluyente.
Tampoco de ninguno de estos movimientos, ha emergido un líder que cohesione todas las falencias del modelo con capacidad de integrar los objetivos dispersos en uno de nación. Las crisis políticas, económicas y sociales de este siglo en America Latina y Europa, han devenido en dirigentes que asumen el liderazgo de nación con propuestas mas ambiciosas y de mayor impacto (Chavez, Correa, Zelaya, Ortega, Morales, Lula, Tabaré Lugo, Mujica, Kitchner), quienes provocaron una reconfiguración distinta y más soberana alejada de los dictados de Washington. Otro tanto igual devino de la crisis de Grecia con la elección de Tzipras quien promete, una reestructura soberana de la deuda y una salida de la crisis en el mediano plazo. España inmersa en una crisis de largo efecto, ha provocado el liderazgo emergente de Iglesias quien, hasta ahora es el favorito para las próximas elecciones. Incluso el nuevo jefe del Estado Vaticano, jesuita por primera vez, ha dado pasos importantes como consecuencia de la crisis desatada por pederastia, lavado de dinero y corrupción.
La sociedad guatemalteca, quedó muy fracturada y desinteresada por estos acontecimientos, primero: neutralizada por el miedo colectivo, la desaparición y asesinato de líderes genuinos, luego por una firma sin paz social y a continuación por su falta de madurez política, que soslaya su historia y la condena a repetirla. Pero además cooptada por los nuevos actores en esta crisis: políticos, crimen organizado nacional e internacional y narcotráfico.

Lo peor que puede pasar es que no pase nada. Un periodo de gobierno más pronto a finalizar  imbuido en descarados niveles de corrupción y una población manipulada y sometida que votara por el menos peor, porque de todas maneras, le toca al otro. Porque dicho sea de paso, el paso no se va a dar.