martes, 26 de febrero de 2013

¿Competitividad con sentido humano?




La administración moderna en el contexto de la globalidad neoliberal, define competitividad como “la capacidad de una organización para obtener y mantener sistemáticamente unas ventajas comparativas que le permiten alcanzar, sostener y mejorar una determinada posición en el entorno socioeconómico en que actúa”.
El término de competitividad hace referencia a las capacidades institucionales y de los recursos humanos para alcanzar las metas y objetivos frente a sus adversarios, todo con el único propósito de abarcar mayores porciones del mercado y por ende elevar sus ganancias, basado en su ventaja comparativa, es decir en lo que mejor se especializa.
Especializarse en una rama por tanto requiere de la constante innovación de sus mandos directivos y medios, mediante retroalimentación y capacitación constante.
Significa anticiparse a los acontecimientos y establecer tendencias y escenarios futuribles para abarcar las ramas en que se está capacitando. Comprende también el conocimiento de su recurso humano, desarrollo de sus valores como la responsabilidad, honestidad y justicia pero, congruentes con la actitud y la proyección de la institución.
Ser competitivo presume abandonar las prácticas abusivas de supervisión y control que solo estimulan actitudes individualistas que a larga deterioran las relaciones interpersonales en detrimento de los objetivos, y en su lugar desarrollar habilidades de trabajo en equipo. Competir también significa posicionar a la institución frente a la sociedad con sentido de confianza en virtud de su solidez, calidad de servicio y beneficios.
En la medida que se aprecie y valore el desempeño y rendimiento del personal, el éxito institucional y empresarial será directamente proporcional a su competitividad.
Los estados anímicos del personal deben ser evaluados y atendidos oportunamente, las personas deprimidas predisponen a la falta de compromisos y alcance de metas, por tal razón los departamentos de recursos humanos deben atender estos indicadores mediante baterías de pruebas constantes para identificar sus causas y estimular la inteligencia emocional de su personal.
Ser competitivo representa también la empatía entre los mandos superiores y medios con su recurso operativo, reconocer públicamente los logros contribuyen a mejorar la estima colectiva y por ende institucional.
Todo en conjunto interna y externamente, deber ser considerado para alcanzar la competitividad con sentido humano, por cuanto los empleados establecen nuevas relaciones con sus pares en su espacio de trabajo por lo menos,  una tercera parte del día.

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