Esta marcha como las anteriores, no
exige la solución de fondo, es decir, el reemplazo de un modelo de nación caduco
y una seudo democracia debilitada y fallida, que tan solo propone la
alternabilidad.
Y así podemos llegar de marcha en
marcha, al final de este periodo de gobierno, y reemplazarlo por el otro al que
le toque.
Según las estimaciones, acudieron
20,000 manifestantes lo cual es menos del 1% del total de la población
capitalina.
Pero, ¿cómo se explican estas
reacciones populares frente a problemas como éste?
No existe una sola respuesta que
determine esta actitud popular, sino varias:
En 1993 el autogolpe liderado por
Serrano Elias, fue truncado gracias a la inteligente y ágil organización de la
elite en un grupo antagónico (cúpula empresarial, academia, iglesias, políticos)
que coyunturalmente se unió alrededor de una causa: el regreso a la seudo
democracia.
En 1996, se firma un convenio de
silenciamiento de las armas entre dos grupos. La experiencia demuestra que no
hubo tales acuerdos de paz, en virtud de que, los problemas de fondo no fueron
solucionados. Esto constituyo un impacto significativo para los grupos más
vulnerables, que muy pronto se desilusionaron de dicha firma, que provocó un continuo
deterioro de la calidad de vida. A dicha firma le antecedió y prosiguió el
desencanto provocado por una etapa seudo democrática, caracterizada por falsas
promesas.
De la crisis política causada por
el caso Rossenberg en 2009, emergió otro grupo de presión, “los de camisa
blanca”, en el que nuevamente élites políticas y empresariales de la derecha y
ultraderecha, convergieron para asestar un duro golpe que arriesgaba la joven y
débil seudo democracia.
La última manifestación “espontanea”
por el destape de corrupción en la SAT, fue más dispersa, pero sin un impacto
significativo, que se limitó a la renuncia de Baldetti, y una vez más, no a una
protesta de fondo: el reemplazo de un modelo de nación y de una seudo
democracia caduca, que se limita a alternar la silla presidencial de candidatos
carentes de un plan de gobierno moderno, integral, de largo alcance e
incluyente.
Tampoco de ninguno de estos movimientos,
ha emergido un líder que cohesione todas las falencias del modelo con capacidad
de integrar los objetivos dispersos en uno de nación. Las crisis políticas, económicas
y sociales de este siglo en America Latina y Europa, han devenido en dirigentes
que asumen el liderazgo de nación con propuestas mas ambiciosas y de mayor
impacto (Chavez, Correa, Zelaya, Ortega, Morales, Lula, Tabaré Lugo, Mujica,
Kitchner), quienes provocaron una reconfiguración distinta y más soberana
alejada de los dictados de Washington. Otro tanto igual devino de la crisis de
Grecia con la elección de Tzipras quien promete, una reestructura soberana de
la deuda y una salida de la crisis en el mediano plazo. España inmersa en una
crisis de largo efecto, ha provocado el liderazgo emergente de Iglesias quien,
hasta ahora es el favorito para las próximas elecciones. Incluso el nuevo jefe
del Estado Vaticano, jesuita por primera vez, ha dado pasos importantes como
consecuencia de la crisis desatada por pederastia, lavado de dinero y
corrupción.
La sociedad guatemalteca, quedó muy
fracturada y desinteresada por estos acontecimientos, primero: neutralizada por
el miedo colectivo, la desaparición y asesinato de líderes genuinos, luego por
una firma sin paz social y a continuación por su falta de madurez política, que
soslaya su historia y la condena a repetirla. Pero además cooptada por los
nuevos actores en esta crisis: políticos, crimen organizado nacional e
internacional y narcotráfico.
Lo peor que puede pasar es que no
pase nada. Un periodo de gobierno más pronto a finalizar imbuido en descarados niveles de corrupción y
una población manipulada y sometida que votara por el menos peor, porque de
todas maneras, le toca al otro. Porque dicho sea de paso, el paso no se va a
dar.
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