En los últimos años ha crecido el apoyo de la comunidad internacional
en contra del bloqueo a Cuba en la Asamblea de la ONU.
En 1992 los
votos en contra fueron de apenas 59 países, en 2011, aumentó a 186, votaron en contra solo 2 y se abstuvieron 3. En 2012, el número de países en
contra del embargo fue fue 188, solo EEUU, Israel y Palau, votaron en contra.
El bloqueo económico y comercial se impuso
desde la administración de Kennedy en 1960 y tuvo como objetivos, de acuerdo al
subsecretario de Estado Lester D. Malory: “provocar el desengaño y el desaliento
mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] debilitar la vida
económica negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los
salarios nominales y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento
del gobierno” (discurso del Canciller cubano en la Asamblea General el martes
13 de abril de 2012).
Esta imposición además incluyó sanciones a
terceros, consistentes en multas y represalias en contra de países que
establecieran intercambio comercial o diplomático con Cuba.
El costo de dicho bloqueo en más de 50 años ha
sido de $ 72 mil millones, casi 5 veces más que el PIB de EEUU de un año. Las operaciones
terroristas han causado daño a Cuba por un costo de $ 58 mil millones desde
1962. En consecuencia, también ha producido la muerte de personas,
especialmente de niños, por falta de medicamentos.
EEUU en su intervención de ayer, justificó el
bloqueo aduciendo que “es una herramienta para garantizar los derechos humanos
en Cuba”
El burro hablando de orejas dice un viejo adagio.
Todo es al final una maniobra de cartón, al contrario de lo que los medios
aseguran mediante panfletos falsos, se fabrica una supuesta oposición uinterna en Cuba para lo
que destinan más de $ 196 millones de dólares. Paradojicamente, el índice de felicidad es
mayor al de EEUU, las madres están mas protegidas que en el propio imperio, y,
al contrario de lo que ocurre con los derechos sociales y económicos del pueblo norteamericano que se recortan cada vez, en Cuba un país bloqueado y pobre, tales derechos están garantizados plenamente.
Una analogia simple para dimensionar el impacto del bloqueo es el siguiente: imaginemos que somos amenazados por
un vecino, que posee armas y sicarios para hacernos daño. Que nos prohíbe comprar
con el dinero de nuestro trabajo la leche para nuestros hijos, atención medica o
socializar con nuestros vecinos y que pese a eso, hacemos un gran sacrificio
para garantizar el bienestar de nuestra familia y a pesar que somo generosos con
los demás en medio de nuestras limitaciones, los vecinos nos
consideran los lobos del cuento. Nuestro ejemplo de solidaridad, con el tiempo, hace cambiar de opinión a nuestros vecinos. De pronto, ellos convocan a una asamblea y votan porque el vecino hostil cese su represión y amenaza sobre
nuestra familia, quien se justifica que su hositilidad lo hace por el bien de nuestra propia
familia.
¿Acaso eso es razonable y justo?.
En una
de las vallas de camino al aeropuerto en la Habana se lee: “En el mundo más de
100 millones de niños padecen hambre,… ninguno es Cubano”. Entonces, ¿cual es
la apreciación del gobierno norteamericano sobre derechos humanos?
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