jueves, 15 de noviembre de 2012

Un bloqueo contradictorio

En los últimos años ha crecido el apoyo de la comunidad internacional en contra del bloqueo  a Cuba en la Asamblea de la ONU. 
En 1992 los votos en contra fueron de apenas 59 países, en 2011, aumentó a 186, votaron en contra solo 2 y se abstuvieron 3. En 2012, el número de países en contra del embargo fue fue 188, solo EEUU, Israel y Palau, votaron en contra.
El bloqueo económico y comercial se impuso desde la administración de Kennedy en 1960 y tuvo como objetivos, de acuerdo al subsecretario de Estado Lester D. Malory: “provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] debilitar la vida económica negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno” (discurso del Canciller cubano en la Asamblea General el martes 13 de abril de 2012).
Esta imposición además incluyó sanciones a terceros, consistentes en multas y represalias en contra de países que establecieran intercambio comercial o diplomático con Cuba.
El costo de dicho bloqueo en más de 50 años ha sido de $ 72 mil millones, casi 5 veces más que el PIB de EEUU de un año. Las operaciones terroristas han causado daño a Cuba por un costo de $ 58 mil millones desde 1962. En consecuencia, también ha producido la muerte de personas, especialmente de niños, por falta de medicamentos.
EEUU en su intervención de ayer, justificó el bloqueo aduciendo que “es una herramienta para garantizar los derechos humanos en Cuba”
El burro hablando de orejas dice un viejo adagio. Todo es al final una maniobra de cartón, al contrario de lo que los medios aseguran mediante panfletos falsos, se fabrica una supuesta oposición uinterna en Cuba para lo que destinan más de $ 196 millones de dólares. Paradojicamente, el índice de felicidad es mayor al de EEUU, las madres están mas protegidas que en el propio imperio, y, al contrario de lo que ocurre con los derechos sociales y económicos del pueblo norteamericano que se recortan cada vez, en Cuba un país bloqueado y pobre, tales derechos están garantizados plenamente.
Una analogia simple para dimensionar el impacto del bloqueo es el siguiente: imaginemos que somos amenazados por un vecino, que posee armas y sicarios para hacernos daño. Que nos prohíbe comprar con el dinero de nuestro trabajo la leche para nuestros hijos, atención medica o socializar con nuestros vecinos y que pese a eso, hacemos un gran sacrificio para garantizar el bienestar de nuestra familia y a pesar que somo generosos con los demás en medio de nuestras limitaciones, los vecinos nos consideran los lobos del cuento. Nuestro ejemplo de solidaridad, con el tiempo, hace cambiar de opinión a nuestros vecinos. De pronto, ellos convocan a una asamblea y votan porque el vecino hostil cese su represión y amenaza sobre nuestra familia, quien se justifica que su hositilidad lo hace por el bien de nuestra propia familia.
¿Acaso eso es razonable  y justo?. 
En una de las vallas de camino al aeropuerto en la Habana se lee: “En el mundo más de 100 millones de niños padecen hambre,… ninguno es Cubano”. Entonces, ¿cual es la apreciación del gobierno norteamericano sobre derechos humanos?

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